Si te hablamos de helados caseros, ¿en cuáles piensas? Hay tanta variedad de helados caseros como ingredientes en el mundo y aquí queremos darte un par de ideas fáciles para capear el calor comiendo rico.
Partamos por el más básico de todos, helados caseros de agua o como algunos les dicen: “helado en cubitos” y son tan simples de hacer que para prepararlos solo necesitas agua, jugo en polvo, moldes y un congelador. La receta es sencilla, disuelves el jugo en medio litro de agua, luego lo viertes en una cubetera y lo llevas al congelador por unas horas, el tiempo puede variar de acuerdo a las características de tu refrigerador pero un chequeo visual es suficiente para saber si ya están listos o no.
Lo mejor de esta opción es que son tan sencillos que puedes prepararlos junto a tus hijos y disfrutarlo como una actividad familiar. Además, si quieres mejorar su sabor y textura, puedes reemplazar el jugo en polvo por fruta (trozada o procesada) y agregarle otros ingredientes a la mezcla como leche, manjar o chocolate para así conseguir un helado casero aún más rico.¡Continuemos!
Te gusta la fruta, ¿cierto? Sabemos que comerla a diario, tal como recomienda la OMS puede ser difícil, es por eso que te daremos este ejemplo de helado casero con fruta de temporada para que la adaptes a tu gusto y puedas cumplir con tu objetivo de comer saludable.
1 kilo de frutillas frescas, deben estar lavadas y sin tallo.
Tip extra: si te cuesta desmoldar las paletas puedes mojar el molde con agua tibia por fuera para que se suelten más rápido. En caso de no contar con molde de paletas puedes reemplazarlo por los potes que tengas a mano, de jalea o yogurt por ejemplo. Recuerda que puedes reemplazar la fruta por tu favorita, aquí usamos frutillas como referencia.
Ahora, si quieres un helado fácil y nutritivo, te compartimos esta receta de solo 2 ingredientes.
Pelar y cortar en rodajas el plátano. Congelar en una bolsa de congelación o un recipiente hermético durante al menos dos horas. Pasado ese tiempo, colocar en el vaso de una buena juguera o usar un procesador de alimentos. Empezar a triturar a alta velocidad, removiendo bien de vez en cuando para evitar que se pegue, hasta tener una textura ligeramente cremosa.
Añadir en ese momento la mantequilla de maní y volver a triturar todo junto, hasta conseguir la textura cremosa y homogénea deseada. Se puede servir directamente o devolver al congelador en un recipiente hermético para que se solidifique un poco, entre 30 minutos y 1 hora.
¿Qué te parecieron nuestras opciones de helados caseros? Si te animas a prepararlos, compártenos tus fotos en nuestras redes sociales, te aseguramos que nos encantará verlas.